Elegir aceites esenciales sabiamente

Hay un montón de marcas diferentes de aceites esenciales, con enormes diferencias de precios, y la mayoría indican “100% aceite esencial puro” en la etiqueta. ¿Cómo puedes diferenciarlas y elegir sensatamente? Ésta es tu brújula.

Muchas marcas de aceites esenciales que dicen ser 100% naturales

1. Determina para qué quieres los aceites

Si simplemente quieres un aroma agradable (un ambientador, un perfume), casi cualquier cosa te servirá. Los aceites destinados a uso cosmético/perfume son los más baratos, aunque a menudo son sintéticos.

Si quieres aceites esenciales de grado alimenticio, a veces llamados extractos, como por ejemplo aceite de menta para aromatizar unos brownies, aceite de limón para unas sabrosas tartaletas de limón, o aceite de naranja para una tarta, necesitarás un aceite que sea suficientemente bueno como para ser considerado “seguro para su ingesta”. La FDA los llama GRAS (“reconocido en general como seguro), son extractos de plantas y frutas comestibles, que carecen de sustancias nocivas, pero pueden contener algún compuesto sintético (aquí encontrarás en la declaración de ingredientes algunos nombres que suenan a cosa química, como linalool, citral, cinnamal, menthol – son componentes de un aceite natural entero, que pueden provenir de una planta o no).

2. Indicaciones correctas

Idealmente, la botella de aceite o su documentación te deberían indicar si es un aceite apto para su uso tópico (en la piel), aromático (olerlo o inhalarlo) o interno (beberlo o comerlo). No todas las plantas se pueden comer, del mismo modo no todos los aceites, aunque puros, se pueden ingerir, y es importante saber qué cosas te puedes poner sobre la piel y cuáles no. ¡Nunca intentes aplicar un aceite de una forma en que su fabricante te diga que no es segura! También deberías poder averiguar si esa calidad de aceite en particular es adecuada para ponerla en la piel pura o si necesita ser diluida con un aceite neutral. El aceite esencial diluido o sin diluir (así como interno o externo) entran al cuerpo de formas diferentes, así que es importante saber qué puedes hacer y qué no puedes hacer. Esto resulta especialmente importante si el aceite lo va a usar un niño o una persona enferma o muy débil.

3. Sencillos y mezclas y “ni chicha ni limoná”

Hablemos un poquito de química. Las leyes de tanto la FDA como la UE permiten que una empresa etiquete un aceite esencial como “aceite esencial 100% puro” siempre y cuando los 4-5 componentes principales de dicho aceite estén presentes en los porcentajes correctos, según una prueba de espectrometría de masas o cromatografía de gases. De esta forma, para que un aceite esté etiquetado como Mentha piperita según los estándares AFNOR, ISO o CE, el aceite de menta debe contener 35-45% menthol, 10-20% menthone, 4-9% menthyl acetate, 1-17% menthofuran y 3-7% 1.8-cineole. Estos componentes pueden ser sintéticos y esto no se puede demostrar con las pruebas básicas, también pueden existir productos de relleno que alteren la calidad final y la seguridad del aceite.

Aunque no resulte ético, es legal anunciar en el material publicitario que una mezcla es una combinación de aceites esenciales cuando de hecho solamente contiene fracciones o componentes (sintéticos o naturales) de aceites enteros. Volviendo a lo arriba indicado, si estás buscando un aceite sencillo o una mezcla que tenga un afecto profundo en tu salud física, estado mental o emocional, desde luego que tendrás los mejores resultados con utilices aceites enteros en lugar de fracciones de los mismos.

4. ¿Orgánico, Fairtrade…?

Algunas empresas etiquetan sus aceites como orgánicos / ecológicos, otras no lo hacen pero aún así pueden calificar como tales (puesto que la planta crece en un país donde la certificación ecológica no está disponible) dado que el producto final no contiene pesticidas ni metales pesados.

Lo que pocas compañías explican es bajo qué condiciones se han cultivado o cosechado las materias primas. ¿Se les pagó un buen precio a los trabajadores? ¿Usaron mano de obra infantil? Es algo que vale la pena averiguar, así como tener en cuenta que estos factores afectan al precio final.

5. ¿De qué clase de tienda es mejor comprar?

Algunas personas prefieren comprar en una tienda física. Esto tiene la ventaja de que resulta cómodo e inmediato, pero no siempre tienen un surtido suficientemente amplio, aunque suelen poderte pedir lo que necesites. En una tienda que no tenga mucho movimiento, los productos pueden haber estado en los estantes durante muchos meses. Tienes una persona física que te da consejo, pero esta persona no necesariamente es experta en aceite esenciales. A algunas personas mayores les queda más cómodo pagar en efectivo.

Las tiendas online, ya sea un revendedor que trabaje muchas marcas o comprar directamente al fabricante por Internet, tienen la ventaja de que obtienes un producto más fresco (especialmente al comprarlo directamente al fabricante) y un surtido más grande; las contras son los gastos de envío (mayores si compras al extranjero), plazos de espera, y por lo general nadie te puede asesorar. Comprar por Internet suele requerir una tarjeta de crédito, cosa que no resulta cómodo a algunas personas.

Varias empresas de marketing en red se especializan en los aceites esenciales o los incluyen en su oferta de productos. Aunque un producto adquirido a través de una de estas empresas a veces resulta un poco más costoso que en una tienda, lo que poca gente se da cuenta es que el intermediario está haciendo un verdadero trabajo, dándote asesoramiento muy valioso sobre qué aceites adquirir y cómo usarlos. Tu consultor o distribuidor estará disponible para preguntas y puede dirigirte a fuentes fiables de información si quieres profundizar más. Además, la mayoría de las empresas ofrecen precios reducidos al hacer compras frecuentes, por lo que estos aceites resultan muy asequibles a largo plazo. Y los gastos de envío a menudo son locales y por lo tanto más bajos que los de una tienda online cualquiera.

Por otra parte, la venta directa no es una garantía de que los aceites esenciales sean de la máxima calidad. Tenemos comprobado que algunas marcas, aunque caras y fabricadas por empresas que mantienen una calidad muy alta en otros productos de su surtido, en lo referente a aceites esenciales no son de grado terapéutico, así que verifica las características antes de empezar a usarlos, según los puntos arriba indicados.


CONCLUSIÓN:

¡Infórmate bien antes de comprar! Leer la etiqueta de la botella no es suficiente y comparar precios desde luego que no es suficiente. Averigua tanto como puedas sobre la empresa y asegúrate de obtener información adecuada e indicaciones de cómo usar los aceites de la mejor manera para tus propias necesidades y problemas de salud.

¿Quieres probar los aceites que elegí yo y que uso a diario? Me encantará compartir contigo y ayudarte a elegir. Empieza por ver la clase de introducción gratuita, aquí abajo. De los emails que te llegarán, me puedes contestar y con gusto te asesoramos.

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Artículo cedido por cortesía de: Tisha Klemetz

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